Historia

En el año 2006, surge una necesidad comarcal de dinamizar culturalmente e impulsar económicamente los municipios del noroeste de la isla, concretamente, Buenavista del Norte, Los Silos, Garachico y El Tanque, establecidos en un entorno principalmente rural.

Desde el año 1998, los citados municipios se conformaron como entidad supramunicipal bajo la denominación del Consorcio Isla Baja, el cual implantó un proyecto cultural y artístico que impulsara la carencia existente, naciendo «Los Caprichos Musicales de la Isla Baja».

Durante su trayectoria las ediciones han generado una actividad musical en pro de fomentar la diversidad cultural, musical y artística a través de la interrelación de las disciplinas hacia una mirada global e intercultural.

La XVII edición de Los Caprichos Musicales de la Isla Baja «LUZINIA» centra su foco en el espacio sonoro latino, caracterizado por su pluralismo cultural, sincretismo, transculturación y su interrelación con los elementos naturales. Un escenario cultural, donde la música es un elemento tanto de integración social como de diferenciación regional. Las corrientes migratorias europeas y africanas fueron decisivas en la propia conformación de los géneros y estilos, ocupando en la actualidad un estadio privilegiado en la difusión y en el consumo internacional de la música.

El título «LUZINIA», surge de la propia interacción entre la riqueza de las melodías y la gran variedad de representación que puede adoptar en el gran abanico cultural conocido. La sílaba «LU» es tomada del vocablo latín [lucius], que etimológicamente significa “delicia, delicioso”, y «ZINIA», nombre que recibe la rosa mística o flor de papel, destacada por sus flores solitarias de vibrante y variado colorido, formas, dimensión, y fragancia floral, contemplando como característica esencial, su perennidad.

En este sentido, un canto puede ser fiel, o adoptar variantes o versiones procedentes de cualquier zona o lugar, dando lugar a su pervivencia en la sociedad.

En la música la pervivencia perdura a través del trasiego migratorio de las personas, elaborando una mezcolanza cultural inigualable. En el ámbito musical y artístico, sin lugar a dudas, un crisol de manifestaciones que viajan de un lugar a otro definiendo tanto la identidad cultural de un pueblo como su grandeza en el mundo global.

Por ello, el trasiego migratorio, el mestizaje europeo y africano y la incorporación de las tradicionales foráneas del ámbito hispánico originado desde el siglo XVI, dieron lugar a un proceso de mistura interétnica y readaptación en la vida cotidiana.

Durante este viaje migratorio y cultural, las expresiones de la música ritual y ritual-festiva de descendencia africana, así como el estudio de instrumentos vinculados a estos procesos espirituales continúan presentes en la música. El ritmo, el canto o el movimiento se convierten en símbolos culturales, que en muchos casos están en mímesis con la naturaleza.

La propia diversidad de las músicas latinas y la proximidad intrínseca con su folklore,  ̶ la conciencia colectiva ̶  son los motores que han impulsado, históricamente, una dinámica constante y transformadora. Su identidad se manifiesta en la gran diversidad de géneros, formaciones instrumentales y corrientes compositivas engrandeciendo el paisaje sonoro.

Sin lugar a dudas, la presencia africana ha dejado huella en la rumba, la conga, el jazz, la samba, el merengue, la habanera o el tango, entre otros  ̶ sello sonoro mediatizado por la idiosincrasia americana ̶ . De ahí su posición privilegiada en el consumo musical internacional, dada su naturaleza híbrida y capacidad de absorber una gran diversidad de rasgos culturales. Todo un proceso evolucionista donde lo tradicional o folklore musical está de préstamo en corrientes de tipología más profesional, como la música académica, entre otras representaciones artísticas.

Por ello, actualmente la hibridación que ha sufrido la música latina está en constante transformación. La tradición y la modernidad vuelven a encontrarse gracias a los flujos migratorios, donde la memoria y conciencia colectiva viaja de una latitud a otra por medio de la música como elemento integrador.

El patrimonio material y el inmaterial, así como las industrias culturales y creativas, constituye un sector en sí mismo que contribuye de forma transversal en el desarrollo sostenible de la cultura. Aprovechar el poder de la cultura para imaginar y concebir un mundo más inclusivo, más justo y con más igualdad.

De modo que, la programación del ciclo establece conciertos estrechamente vinculados a la música que interrelaciona el acervo cultural de tres continentes (África, Europa y América) por medio del vehículo comunicador de la expresión y de la voz, singularidad y esencia original de “Los Caprichos Musicales”; apostando por la nueva creación musical; interpretación del canto lírico, el canto tradicional y el canto “popular” y la música instrumental en diferentes estilos, géneros y formatos.

Por consiguiente, aunar la tradición con la modernidad a través del intercambio artístico regional, nacional e internacional. Todo ello, en conjunción con la realización de actividades transversales, tales como: charlas, coloquios o conferencias de corte musicológico, talleres instrumentales o de danza, jam session, máster class, entre otros.

En ese marco, la actual edición adopta como objetivo general una de las metas manifestadas por la UNESCO recogida en la Nueva Agenda Urbana 2030, concretamente el undécimo objetivo de desarrollo sostenible (ODS) para garantizar que las ciudades del mañana sean “inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles”, centrando su objeto en proteger y promocionar la diversidad de las expresiones culturales procedentes de cualquier latitud en general, y específicamente para esta edición de África, Europa y América.

Por lo tanto, la cultura lleva implícita un continuo desarrollo, un constante formateo y una inequívoca transformación. La interculturalidad posee la capacidad de dar forma a nuevas músicas, aglutinando la cultura todos los elementos autóctonos de una sociedad híbrida, reutilizando y renovando su argumento y haciendo perenne su legado.

Juana Mª Bolaños Polegre
Directora artística